Buen ambiente de trabajo: comparte oficina y siéntete como en casa

Todos deseamos disfrutar de un buen ambiente en el que trabajar. Es decir, un lugar y un ambiente en el que nos sintamos a gusto para realizar nuestras tareas y ofrecer nuestros servicios profesionales. Por eso la opción de compartir oficina y trabajar desde un coworking puede ayudarnos a tener ese buen ambiente laboral que tanto deseamos.

Por un lado contaríamos con las ventajas de tener a nuestra disposición una oficina y contar con todo lo imprescindible para ser eficaces y productivos: mobiliario ergonómico, equipos audiovisuales profesionales, zonas de descanso adaptadas a nuestras necesidades, salas de reuniones en las que concentrarnos o cabinas para teleconferencias. Y por otro lado evitaríamos distracciones propias de teletrabajar desde casa como son las interrupciones generadas por los niños o por las mascotas, el ruido de la lavadora o la tentación de levantarnos cada dos por tres a picar algo de la nevera.

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Seis factores que ayudan a tener un buen ambiente de trabajo

Crear un buen ambiente laboral es casi un arte. No siempre resulta sencillo, pero sabemos que hay algunas cosas que, bien combinadas, nos ayudan ser más productivos. Estos son algunos de los aspectos clave a la hora de disfrutar de un ambiente sano:

  • Un espacio físico de trabajo confortable. Se trata, sobre todo, de cubrir en un mismo lugar tanto nuestras necesidades personales como las profesionales. Por ello lo primero y más importante es realizar una adecuada distribución física del espacio. Además de los puestos flexibles y los despachos cerrados, es clave poder contar con otras zonas como“cabinas para teleconferencias”, “salas de descanso”, “estancias informales”, “despachos para reuniones” o “zona office”. De este modo, cada coworker puede cubrir diferentes necesidades dentro del mismo espacio físico: por ejemplo, mientras uno trabaja en un despacho, otro puede estar haciendo yoga en la sala de descanso.

    Otro aspecto destacable consiste en disponer de buena luz, tanto natural como artificial. Y, por supuesto, una adecuada climatización de cada espacio de trabajo. Por último, disponer de un mobiliario ergonómico que facilite una buena postura física, para preservar la salud y mejorar la productividad.

  • La higiene y salubridad en una oficina siempre ha sido importante, pero hoy más que nunca. Los edificios y los espacios han de contar con sistemas de renovación y recirculación permanente del aire que cumpla con los máximos niveles de calidad y purificación. El espacio de trabajo ha de proporcionar y generar salud y bienestar a sus habitantes.

  • La flexibilidad horaria. Las oficinas y los coworking han de adaptarse a las circunstancias laborales de todos los perfiles profesionales y su diversidad de horarios. Un horario de apertura 24/7 en el que los coworkers pueden entrar y salir del espacio de manera autónoma y en cualquier momento resulta básico para cubrir las necesidades de cada persona.

  • El cuidado mutuo. Para ayudar a conformar un buen ambiente de trabajo son fundamentales las actividades voluntarias que nos permiten desconectar. ¿Por qué? Porque para generar un buen ambiente de trabajo necesitamos estar bien con nosotros mismos y cuidarnos unos a otros. En todos los sentidos: corporal y mentalmente. Por eso ayuda mucho el poder contar con talleres de yoga, de mindfulness, formaciones para aprender a hablar en público o sobre cómo gestionar el estrés. De este modo, un espacio coworking se convierte también en un lugar para el crecimiento profesional y personal.

  • Las relaciones personales en el coworking. Fomentar los encuentros y las relaciones personales entre los miembros o coworker también mejora nuestra percepción de un espacio de trabajo. A veces, conversaciones informales sobre nuestros sueños o proyectos compartidos pueden llegar a generar interesantes colaboraciones de trabajo. O simplemente disfrutar de momentos que van más allá de lo laboral, como tomar un café o un té con otras personas, pueden acabar generando relaciones de confianza y amistad. Algunas actividades muy típicas son los afterworks en los bares del barrio o la organización de partidos de pádel (a un nivel básico).

  • El equipo humano. Una oficina que pretenda generar buen ambiente, tener “buen rollo”, ha de estar gestionada por personas con buenas capacidades profesionales y, especialmente, con unos buenos valores personales. Esto se traduce en una actitud de cuidar al otro, procurando atender a las necesidades de cada persona que integra el coworking. El equipo ha de mantener actitudes constructivas que ayuden a generar entornos positivos y productivos.

  • Normás básicas del coworking. Como en cualquier otro lugar, es necesario establecer las normas básicas de convivencia, aplicando siempre el sentido común, y teniendo mucha flexibilidad para comprender las diferentes personalidades, necesidades y expectativas de cada persona que se junta en un espacio común. Un buen ambiente de trabajo necesita siempre estar regido por normas claras, conocidas y preferiblemente consensuadas entre todos.

Como puedes ver, el buen ambiente de trabajo ha de ser una de las preocupaciones permanentes en un espacio cowork. Más que eso, podría decirse que ha de ser una de sus razones de ser. Un gestor de espacios ha de ayudar a quienes depositan su confianza en él a sentirse bien en su lugar de trabajo para que esto les ayude a rendir mejor, lograr una mayor productividad y disfrutar de un ambiente profesional y humano al mismo tiempo.

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